martes, 23 de noviembre de 2010

FIN DE SEMANA EN TAMADABA



Salimos temprano y llegamos tarde; el servicio de guaguas es un desastre,¿ como puede ser que un municipio tenga dos guaguas al dìa y ninguna de ellas directa con la capital ? Despuès de cuatro horas, dos de ellas de espera llegamos a Artenara, el fìn del mundo para Global y el principio del cielo para nosotros. Iniciamos la caminata a las doce con buen sol y sudando la gota gorda hasta llegar a Cruz de Marìa,luego llaneando fuè mas suave, al llegar a las lajas del jabòn se nublo parcialmente y subimos Altavista lenta y resignadamente cargados como burritos pues pensabamos darnos un festìn esa noche; realmente la gula entra por los ojos, sobrò comida como para un par de noches màs.A eso de las cinco y media volviendo de la cumbre buscabamos un sitio llano para armar la tienda pero eso aquì es como encontrar un pulpo en la bañera,afortunadamente unos benditos que estuvieron antes que nosotros armaron un murete de piedras en el ùnico cachito casi llano de la montaña y justo al borde del camino, asì que le dije a mi colega Octavio ¡lo compro! Y nos pusimos manos a la obra, quedo  que ni a medida.Al ir cayendo la noche, nos sentamos a ver un espectàculo formidable, la danza de las nubes al son de las corrientes de aire,subiendo y bajando entre barrancos a gran velocidad, a pesar del fresquito y la humedad que se siente , es un lujo gozar del espectàculo.A eso de las siete ya era noche , habìa Luna llena lo que  nos permitìa ver bastante a nuestro alrededor como para comer y preparar el cafe sin necesidad de las linternas; precisamente estabamos sentados tomando el cafè cuando vimos una fila de luces en el camino,algùn grupo estaba de caminata nocturna, eran como veinte. Durante un par de horas vimos las lucecitas de las linternas zigzagueando  a lo lejos, pero la niebla se fuè cerrando tanto que no llegaron hasta nuestro puesto; la Luna desapareciò entre la niebla y dieron la vuelta sobre sus pasos.
A las ocho cafè con bizcochos y en marcha de regreso, desandamos hata el Lomo de la Cruz, por donde bajamos hasta la casa de la marquesa y de alli al Risco donde nos recogerìa un compañero y amigo que al tanto de la aventura  "casualmente pasaba por ahi". Hicimos veintidos kilometros y medio y ya estamos deseando repetir, pero serà despues de las lluvias y por el sur que se està màs calentito.